¿Por qué pensar la construcción de vida comunitaria desde nuestro presente?

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¿Por qué pensar la construcción de vida comunitaria desde nuestro presente?
Spinoza en el Río de la Plata

Annabel Teles
Espacio de Pensamiento

“Lo que hemos perdido es realmente la creencia en un vínculo entre nosotros y el mundo. (…) Y entiendo por esto, el mundo tal como es, aunque no fuera más que para descubrir en él lo que subsiste como fuerza de vida. En el sentido de que hay una brizna de hierba que, extrañamente, es lo suficientemente fuerte para romper adoquines. El mundo con el que hemos roto y con el cual estamos en una especie de ruptura, esa especie de mundo-vitrina, es el mundo de los adoquines. Recuperar razones para creer en el mundo, es recuperar la vida, lo que hay de vida entre los adoquines (…) Si se comprende por creencia lo siguiente; la operación de creer en este mundo y ya no la operación de transformarlo, ni de creer en otro mundo. (…) Creo firmemente que el día en el que volvamos a creer en el mundo (…) las nuevas formas de rebelión, las nuevas formas de resistencias, estarán ya muy instaladas.1

El pensamiento, la escritura, la experiencia, captan las tramas relacionales y afectivas que configuran el presente; iluminan este peculiar emplazamiento de encuentros que hoy nos invita a pensar juntos. Y nos acerca a la formación incesante de múltiples nosotros que habitan en estas tierras del Sur donde se pliegan campos y montañas, mares y ríos; lo conocido con elementos extraños, inusitados. Territorios de memorias y olvidos, de desplazamientos y desarraigos; de tensiones y apegos que aún nos estimulan a pensar en la Patria grande.
Desde estas tierras del sur, desde este espacio-tiempo rioplatense, el presente trabajo dice algo sobre la inquietud por los devenires de la existencia, por el buen vivir, por la creación de vida comunitaria. Sin duda, se trata de inquietudes colectivas que diagraman una problematización sobre el pliegue de lo singular y lo común; que se expande sobre las transformaciones del pensamiento, de los afectos y de los cuerpos; de los modos de hacer y producir. También, sobre el ejercicio ético y político, que se expresa en procesos de subjetivación, y en una comprensión de la política en un sentido afectivo, amplio y plural.

El presente: una apuesta por el porvenir

Las preocupaciones colectivas guardan conexiones entre sí, escuchan lo que sucede en el presente. El desánimo y la incertidumbre corren por las calles; se intensifican soledades, aumentan las dificultades en los vínculos; se consolidan tanto la ilusión de una salvación individual como un ofuscado escepticismo respecto de lo colectivo: se pone de manifiesto el deterioro de la vida bajo las condiciones de existencia actuales.
Las tristezas y las tensiones operan sobre el pensamiento, los afectos y los cuerpos; propician la proliferación de una espesa trama de opinión que porta desazón y odio. Un individualismo feroz se consolida en posicionamientos endurecidos que culminan empobreciendo las experiencias éticas y la vida política.
Los efectos en la existencia son variados, se constatan en la precariedad de la vida material y afectiva. Específicamente, en conductas regidas por patrones formales, subordinadas a fines, a valores exteriores y objetivos, que inhiben el vigor afectivo y productivo de la existencia.
Aun así, la vida resiste, aparecen devenires inesperados. Los gestos solidarios ocurren y no dejan de ocurrir en experiencias que a diario nos sorprenden. Se trata, entonces, de escuchar las voces que anuncian transformaciones y formulan preguntas ineludibles. También de intensificar las andaduras que transitamos, de incursionar en articulaciones de ideas y conceptos, de afectos y disposiciones corporales que estimulan la potencia creadora y dejan de lado el nihilismo, la negación de la vida. Y, en esa senda, de continuar con las lecturas y aportar desde nuestra perspectiva a los movimientos afectivos que afirman el porvenir.

La necesidad de Spinoza

Pensar con Spinoza genera sensaciones de proximidad y lejanía; trae consigo modificaciones; impulsa un ejercicio de pensamiento crítico y creativo que, al alejarse de la tradición rectora de Occidente, permite trazar una figura de pensamiento que enlaza de manera indisoluble ontología, ética, política, y la pregunta por lo humano singular, relacional y en relación.
En ese sentido, teniendo presente que hay diversas vías para abordar la cuestión de la comunidad, aquí haremos una lectura de Spinoza que otorga cinco conceptos claves para pensar el pliegue de lo singular y lo común; lo común en tanto relacionalidad inmanente, productiva. Es decir, conceptos que realizan un desplazamiento en el pensamiento y contribuyen a generar las condiciones para pensar la vida comunitaria en la actualidad.
Desde el comienzo, la Ética, libro imprescindible de Spinoza, abre una configuración de pensamiento donde Dios – Naturaleza – ser es potencia productiva y relacional. En su recorrido despliega un peculiar movimiento causal, no teleológico, que enlaza la causa de sí2 y la causa inmanente3. La Naturaleza – ser crea y existe por necesidad de su potencia4: es causa de sí en tanto es causa de los modos, y es causa de los modos en tanto es causa de sí: produce y, al producir, se produce.
Sabemos que el ser potencia se expresa en los modos singulares, y lo propio de los modos es el esfuerzo en perseverar en su ser: el conatus-potencia.5 En la parte III de la Ética, se encuentran las proposiciones que lo definen; en esa serie la proposición 6 tiene especial relevancia, Matheron lo enuncia:

Cada cosa, según su potencia de ser (quantumin se est), se esfuerza por perseverar en su ser. Tal es el único punto de partida de toda la teoría de las pasiones, de toda la política y de toda la ética de Spinoza. Pero, ese punto de partida es, en sí mismo, el resultado de los dos primeros libros de la Ética6.

La potencia es la esencia actual de los modos, de las cosas singulares y, en tanto tal, es diferencia, singular y singularizante; es la potencia por la que los modos perseveran, existen y actúan.
De esta manera, se muestra, desde la perspectiva modal, la impronta ontológica del pliegue de lo singular y lo común que, a su vez, se expresa en la afectividad, en la movilidad relacional afectante-afectado propia de los modos en su relación recíproca.
La potencia adquiere consistencia afectiva en la existencia del modo, varía, aumenta o disminuye, según las afecciones que la determinan. Se generan afectos pasivos y activos, según deriven de las cosas exteriores o de la propia potencia.
Se traza así una figura de lo humano singular relacional y en relación que, en el ejercicio de su potencia-deseo, en el devenir de su efectuación, actualiza el dinamismo relacional que expresa lo común. La potencia-deseo en sí misma es intensiva, relacional, no pertenece de forma privada a un individuo aislado, no establece relaciones entre términos separados entre sí, es puro poder de afectar y ser afectado: relacionalidad.
El pensamiento spinoziano aporta una concepción del modo humano en la que se operan procesos de individuación7, relacionales y singularizantes que disuelven la hegemonía de la forma sujeto – hombre – individuo basada en la separación de los humanos entre sí y con la naturaleza. En palabras de Spinoza:

Nosotros padecemos en la medida en que somos una parte de la naturaleza que no puede ser concebida por sí, sin las otras8.
No puede suceder que el hombre no sea una parte de la naturaleza ni que no pueda padecer otros cambios que los que pueden entenderse en virtud de su sola naturaleza y de los que sea causa adecuada9.

El concepto de derecho natural posee una operatoria política relevante en el pensamiento spinoziano. El poder de todos los individuos en conjunto es el poder de toda la naturaleza; a su vez, el poder de toda la naturaleza es el mismo poder de cada individuo. El derecho natural efectúa el pliegue de los singular y lo común; es poder de la naturaleza y, a la vez, es el derecho de cada individuo a todo lo que puede, que se extiende hasta dónde llega su poder10.
Los individuos que constituyen la naturaleza son iguales entre sí, cada uno posee un derecho inalienable de existir; el sabio y el insensato, el racional y el demente sólo difieren por su potencia singular, por el esfuerzo en perseverar en su existencia. El derecho natural se determina por la potencia-deseo; se vuelve efectivamente derecho en la ciudad, en la vida comunitaria, donde prima el derecho común, el sentir común; en donde se rige por la potencia del colectivo11 el derecho natural es causa eficiente inmanente de la comunidad.
Hasta aquí, los conceptos clave que contribuyen a trazar las condiciones de pensamiento para pensar la cuestión que nos ocupa.

Los territorios afectivos y el apoyo mutuo

En una aproximación al Tratadoteológico-político leemos que una de las tres cuestiones que deseamos honestamente es vivir en seguridad y con un cuerpo sano12; deseamos cuidar del cuerpo, de su alimentación, de su salud. El cuidado del cuerpo, de la vida material es el medio de perseverar en la existencia, y esto no se realiza en soledad, requiere ineludiblemente de la vida en común.
Ahora bien, según Spinoza, los seres humanos actúan según su naturaleza13, por ende, viven según su apetito, buscan su utilidad según su derecho propio. La solidaridad, el apoyo mutuo, hacen al buen vivir, pero no se dan de suyo; por eso, se vuelve imprescindible aunar esfuerzos, renunciar parcialmente al derecho natural para constituir territorios afectivos que actualicen la potencia productiva y la encaucen en la tarea de constitución de entramados vitales comunitarios. Dice Spinoza:

los hombres se procuran con mucha mayor facilidad lo que necesitan mediante la ayuda mutua, y (…) sólo uniendo sus fuerzas pueden evitar los peligros que los amenazan por todas partes.14

En ese sentido, el apoyo mutuo resiste al escepticismo y otorga consistencia a las formaciones colectivas, sea cual sea el carácter que estas adopten. Por eso, el pensamiento spinoziano es clave para visibilizar en el presente una concepción de lo común que, en el despliegue de su movilidad productiva, pliega lo singular y se actualiza en las múltiples expresiones comunitarias. Spinoza dice, en realidad, las cosas están hechas de manera que de la sociedad común de los hombres nacen muchos más beneficios que daños.15

Algunas pistas…

La lectura de los textos de Spinoza brinda condiciones de pensamiento para llevar a cabo una aproximación a la cuestión de la comunidad, o mejor, de las comunidades concebidas desde la pluralidad de sus procesos constituyentes. El siguiente punteo intenta señalar algunas pistas con el anhelo de seguir realizando un pensar colectivo sobre el tema.

Las comunidades se crean, se construyen según ciertas condiciones de constitución afectivas y políticas.
El derecho natural, derecho de existencia inalienable, en su ejercicio, afirma la vida en común y las singularidades, actualiza la relación de los seres humanos entre sí y con la naturaleza.
La vida comunitaria adquiere distintos modos de constitución y organización que se desprenden de los esfuerzos mancomunados que conforman los territorios afectivos y productivos.
La producción de comunidades requiere tener en cuenta el cuidado, la conservación y la regeneración de los cuerpos. La preocupación por la vida material es ineludible y otorga consistencia existencial y política a la vida en comunidad.

Las comunidades expresan la diversidad productiva de la potencia constituyente, de la potencia relacional de existir y crear colectiva. En su despliegue afirman el apoyo mutuo, el ejercicio común de las singularidades en la dinámica de las afecciones y los afectos; resisten y subvierten a todo intento de unificación, de homogenización y de totalización.

En el momento de concluir: el intento de un pensamiento en situación

En estos tiempos, realizar un pensamiento en situación se ha vuelto un desafío. La fuerza de la opinión, los bloques de prejuicios endurecidos, la oposición como dinámica de pensamiento y la constante dificultad para percibir y experimentar lo nuevo, nos acecha. Por eso, pensar con Spinoza conmueve e invita a investigar, a pensar las prácticas que afirman las tramas relacionales, afectivas; la fuerza vital comunitaria que se efectúa en distintas instancias políticas institucionales y no institucionales.
En definitiva, el pensamiento spinoziano, invita a la experiencia y la expansión del deseo de otros, de afinidades y resonancias, de conversaciones activas. Estimula las prácticas políticas que, en su diversidad, intensifican los procesos abiertos y dinámicos capaces de adoptar una pluralidad de formas al afirmar y propiciar el juego de las diferencias y los disensos: la plena heterogeneidad del ejercicio político. Y, de ese modo, afirma las transformaciones imprescindibles para volvernos parte de políticas afectivas que insisten en un ejercicio de resistencia y libertad, capaz de abrir la imaginación política al porvenir.

Consignas políticas que circulan en el presente16

Las siguientes consignas poseen un gran valor en relación a una política afectiva, territorial que prioriza la vida comunitaria.

No es sequía es saqueo
Estado ausente ollas presentes
El Uruguay no es un país pobre es un país desigual
Nada sobre nosotres sin nosotres
Ni una menos
Nunca más terrorismo de Estado
Son memoria son presente
Gente sin casa, casa sin gente

Un pensamiento en situación

Es importante realizar un ejercicio de pensamiento en situación que tenga en cuenta las experiencias ético-políticas que, a pesar de que se tienda a invisibilizarlas, muestran el despliegue de la potencia singular y colectiva en múltiples acciones que expresan dinámicas de pensamiento críticas y creativas.
Aquí señalamos en forma de bloque textual algunas de estas experiencias: pensamiento crítico en colectivo, luchas feministas, ocupaciones de liceos, ollas y merenderos, organización de las personas en situación de calle, producción alternativa de alimentos, viviendas y cuidados, reinvenciones de economías populares, luchas por el agua, contra el saqueo y el extractivismo, los derechos humanos, las marchas, el arte, la poesía, la amistad, el gesto cotidiano que aloja la ternura, el susurro, el humor.

En relación a la creación de vida comunitaria

Las comunidades las creamos: cuando somos capaces de habitar la situación con nuestros cuerpos co-presentes (implica en ese sentido una lucha contra el atomismo físico); cuando habitamos la situación desde tramas afectivas y políticas, resistimos la burocratización que nos hace creer que el juego está en otro lado, que alguien se va a encargar u ocupar; cuando creemos en lo que efectivamente podemos hacer; cuando dejamos de vernos como desconocidos; cuando actualizamos linajes, memorias, tramas, infinitos de vida.

Algunas cuestiones para seguir pensando

El 20 de mayo aparecieron en Mercedes (Uruguay) margaritas y velas en el memorial de los Detenidos Desaparecidos, que no pasaron por la Comisión. ¿Cómo creímos que eso no era posible?
El ejemplo del Amazonas, selva cultivada por humanos que no están actualmente, pero que hacen nuestra vida posible hoy en el planeta.
Quienes empezaron las ollas eran vecinas, familias, amigas: esas tramas son condición afectiva de la vida política.
A las personas en situación de calle, la expulsión les permitió resistir colectivamente, les permitió organizarse en esa resistencia colectiva.
Frente a los despojos y las violencias, ¿cómo alojar el daño sin infantilizar o disminuir la potencia de quienes la padecen(mos)? Y si los modos no están desprendidos de lo que vamos produciendo y está producción es afectiva, ¿cómo pensar los efectos? En ese sentido, no disputar la primacía o la hegemonía de un modo sino la supervivencia de modos diversos (no “o” sino “y”).
Considerar (nuestra) potencia cuando somos capaces de colectivizar y no dejarles(nos) solos.
¿Podemos lograr ver estas potencias, aunque no se expresen publicitariamente, aunque sean indecibles?
La nuda vida es una ficción. nunca se da el gobierno exhaustivo y completo de la vida. Su indocilidad e indeterminación (nadie sabe lo que puede un cuerpo) es inherente a la vida.

¿Qué les parece?

  1. Deleuze, Gilles, Cine IV. Las imágenes del pensamiento. Automatismo, semiótica y actos de fabulación. Buenos Aires, Cactus, 2023, pág. 85. ↩︎
  2. Spinoza, Ética, I, Definiciones 1. Las citas de la Ética corresponden a la traducción de Pedro Lomba, Madrid, Trotta, 2020. ↩︎
  3. Spinoza, Tratado Breve, Diálogo 1, Madrid, Alianza, 1990 y Ética, I, 18. ↩︎
  4. Spinoza, Ética, I, 34. ↩︎
  5. Ibid., III, 6 y 7. ↩︎
  6. Matheron, Alexandre, Individu et communauté chez Spinoza, Paris, Minuit, 1988, pág. 9. ↩︎
  7. En la contemporaneidad, distintas voces dicen la importancia de realizar operaciones de individuación, disuelven la regencia de la noción de individuo propia del pensamiento occidental. Nos referimos a Deleuze y muy especialmente a Simondon, aunque no son los únicos, puesto que, en el campo del pensamiento spinoziano, hay quienes realizan aportes interesantes relacionados con la cuestión de la individuación. ↩︎
  8. Spinoza, Ética, IV, 2, , óp. cit. ↩︎
  9. Íbid., IV, 4, ↩︎
  10. Spinoza, Tratado Político (TP),cap. II, &4 y Tratado teológico-político (TTP), Prefacio, trad. de A. Domínguez, Madrid, Alianza, 1990, págs. 71 y 332. ↩︎
  11. TP, Cap. II, & 15. ↩︎
  12. TTP, Cap. 3 ↩︎
  13. TTP, Cap. 16, pág. 332. ↩︎
  14. Spinoza, Ética,IV, 35, esc. ↩︎
  15. Spinoza, Ética,IV, 35, esc ↩︎
  16. A partir de la lectura colectiva del texto presentado más arriba y escrito por Annabel Teles, se fueron incorporando aportes e inquietudes en relación con nuestro presente en el Uruguay. También se plasmaron ideas y experiencias que estimulan a seguir trabajando. En la producción colectiva participaron: Irupé Rocca, Héctor Tierno, Leticia Pérez, Gerardo Sarachu, Anabel Rieiro, Carolina Dal Monte, Beatriz Correa. Héctor Tierno realizó el álbum fotográfico Prácticaspolíticas,resonanciaseinsistencias, disponible en: https://photos.app.goo.gl/U1rRpZXArc4UGVcR9 ↩︎

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